En las últimas semanas la guerra social en la región mexicana alcanza altos niveles de profundización del conflicto inmerso en la insalvable contradicción entre la vida y el capital. En un escenario de conflictividad generalizada, éste, se abre paso con todo su arsenal terrorista, asediando el territorio y los recursos naturales, concibiendo planes de austeridad, en suma al ataque contra nuestras condiciones de existencia, que pese a las especificidades regionales, corresponden conjuntamente a una estrategia del estado-capital a escala global.
Los episodios de confrontación crecientes en el Pacifico Sur de la región mexicana: Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca, confirman la posibilidad de ruptura con la paz social y el marasmo generalizado: barricadas, piquetes, ocupaciones, sabotajes, expropiaciones, en suma ataques directos contra la libre circulación de mercancías. Afirmamos que estas luchas no pertenecen a sindicatos, partidos u ong´s, son la expresión genuina y necesaria de rabia y desprecio a la dictadura del Capital, afirmando a los que luchan mediante su negación como trabajadores obedientes, ciudadanos civilistas o profesionales de la política y la lucha.
Dadas estas condiciones era imposible que la burguesía se mantuviera cruzada de brazos, es esta decadente clase aglutinada en sus camarillas, que hasta el día de hoy no ha cesado de lanzar envalentonados discursos clamando por la disolución efectiva de estos atisbos espontáneos-organizados de conflictividad, discursos que se han confirmado efectivamente en ejecuciones operativas por parte de sus representantes en la institucionalidad estatal, las muestras más evidentes de esto son el reciente operativo del 19 de julio en Nochixtlán, Oaxaca, que cobró la vida de por lo menos 11 personas, asesinados por la policía, además de decenas de heridos y detenidos; así como el cobarde asesinato y tortura del compa Salvador Olmos García en Huajuápan de León, Oaxaca.
Es por esto que el domingo 3 de julio decidimos colocar paquetes explosivos en las sedes de las cámaras patronales (CANACINTRA, COPARMEX, CCE) causando algunos daños materiales pero, sobre todo, anunciando que la revuelta con epicentro en Oaxaca se extiende, y que el fuego asaltará sus mansiones más pronto que tarde. Con esto a su vez saludamos las otras acciones de boicot y sabotaje acontecidas en las últimas semanas en la ciudad del país, así como las que vienen: Paro de labores en escuelas, bloqueos de avenidas por parte de los padres de familia y maestros, el piquete de insurgentes a la altura de Ciudad Universitaria.
No existe para los oprimidos solución posible dentro de los márgenes institucionales, sino la lucha intransigente contra el estado-capital, que posibilite un escenario abierto de insurrección generalizada que estableciendo dialécticamente una relación entre espontaneidad y organización ponga en jaque la paz social en la región mexicana y se extienda por todo el globo.
¡Muerte al Estado/Capital!
¡Libertad a los Presos de la guerra social!
¡Por la Anarquía!
Grupo Autónomo de Sabotaje Salvador Olmos García